dimarts, 2 de febrer del 2010

Ha dit en Cruyff del Barça, però ho podem fer extensible al santvi juvenil

Cerrado el mes de enero, las sensaciones positivas que transmite el Barça son abrumadoras. Volver a la competición tras el parón navideño cuesta. Hacerlo tras entrar en la historia con un 2009 increíble, se suma a la cuesta. Has caído en la Copa, pero hay formas de caer y la del Barça ante el Sevilla es para estar orgullosos. Y a partir de ahí, un montón de goles a favor -podrían ser más, solo hay que ver lo que perdonaron en Gijón- y poquísimos goles en contra.

El equipo transmite algo que va más allá de la estadística. Está aprendiendo a reaccionar distinto, a encontrar soluciones a los equipos que te salen a jugar de forma muy diferente, aprendiendo qué hacer y qué no hacer en esos primeros 15 o 20 minutos iniciales en los que te han salido a morder muy arriba. Y ves un progreso. De encomendarte a Valdés, a sufrir menos. Él, el primero. Y todo porque las soluciones para superar la primera línea de presión se van puliendo. Siempre con riesgos, pero riesgos aceptables y coherentes con la idea de fútbol que practica este equipo.

La línea y el equipo
Pero esto es el Barça y aquí la felicidad difícilmente es total. Siempre hay uno u otro al que apuntar con el dedo. Primero era Henry. Ahora es Henry más Ibrahimovic. Si eres delantero y no marcas, te toca vivir con ello. Juzgarles solo por su falta de puntería es tan fácil como incorrecto. No se trata de ver al individuo, sino de ver primero la línea (defensa, mediocampo y delantera) y luego el funcionamiento del equipo. ¿Baja forma puntual? Siempre hay momentos más bajos que otros, pero para mí no es la explicación a sus supuestos males. El último partido de Henry en Valladolid. Recital de Alves por banda derecha. El comentario: no vimos al francés. Lógico, si él está en la izquierda y todo va por la derecha. ¿Se movió bien? Sí. Yo no le vi fundido nunca. ¿Abrió el campo? Sí y eso ayudó a los del otro lado. En un delantero, el gol es importante, pero no lo es todo.


Ahora es Ibrahimovic. Equis partidos sin marcar. En Gijón, formando delantera con Messi y Pedro, ¿en quién se van a fijar más las defensas? En los dos consagrados. Y con sus movimientos, con y sin balón, el que se aprovecha, porque se mueve bien, es el más desconocido. El gol, siendo importante, no es la única obligación del delantero. Y si se suma y contribuye con sus movimientos al juego de posición, su aportación es decisiva para que otros se cuelguen las medallas.

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